jueves, 26 de junio de 2014

Primeras caídas...

Publicado por Unknown en 1:42
Hoy es 26 de junio del 2014, es la 1:39 de la mañana, mis padres están durmiendo, en mi casa sólo se escucha la T.V. del cuarto de mis padres y el sonido del teclado de mi laptop.
El día de hoy a las 8:00  de la noche será mi cena de graduación de la preparatoria, muchas personas piensan que debería de estar feliz, logré graduarme, estudié durante tres años y pasé con un promedio general de 8.77, estoy aceptada en la universidad, obtuve una beca y bajé 14 kilos, debería estar feliz, debería. 
Si no estoy emocionada, ¿qué es lo que me quita el sueño?
El saber que no puedo, el estar consciente de que tengo un problema, el sentirme inútil, darme cuenta de que no puedo ni cumplir mis metas. ¿Por qué debe ser tan difícil? ¿Cuál es la magia entonces? 
Durante días seguidos he engañado a mis padres, me las he ingeniado de la mejor manera para evitar las comidas, ¿por qué fallé ahora? Fácil, porque la comida para mí es un escape, un escape al control, un escape a sentirme bien, un escape de mi realidad...
La realidad inminente de que estoy gorda, que tengo sobrepeso, y la realidad de mi desorden.
Es gracioso, pues ahora que no peso los horribles 83 kilos de antes, la gente me dice "Rosae, te miras delgada", "pasa los tips para adelgazar también", "mírate, te miras hermosa", incluso algunos chicos me han invitado a salir. Siento asco por esa gente, y también siento asco por mí... ¿Es verdad que 14 kilos hacen la diferencia? ¿Por qué yo no me siento tan bien como dicen que me veo? Es cierto que luzco "más delgada", pero sé en el fondo que sigo siendo la misma gorda de hace meses, la chica que se escapaba por las noches a la cocina para zamparse el refrigerador entero, la chica que no conseguía salir con nadie, la fea, la obesa, la última opción de todos. No entiendo a nadie, mi madre siempre me martirizó por mi peso, dejó de hacerlo hasta que llegué a pesar 83 kilos, ahora que bajé de peso vuelve a decirme gorda, me ve feo cuando intento comer, a veces, cuando me dice "¿Te vas a comer eso? Estás algo pasadita" me dan ganas de contestarle "lo sé, mamá, por eso llevo tres días sin comer, qué bueno que me lo recuerdas, así ya no rompo el ayuno". Sólo me queda agradecer a esa gente que siempre estuvo insultándome, sin ustedes, queridos conocidos, yo no habría decidido dejar de comer, o jamás hubiera elegido vomitar después de una cena familiar.
Perdónenme si los defraudo cada vez que entro a la cocina, perdóname madre por no ser la hija que tú siempre deseaste, perdóname espejo por no tener un cuerpo que disfrutes reflejar, perdóname Rosae por tener tan poca voluntad.
Perdóname por no arreglar nada pidiendo perdón, pues hoy estoy un kilo más lejos de mi meta...
50 kilos para una chica que mide 155 centímetros, ¿es mucho pedir?

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